Translate

miércoles, 9 de julio de 2014

Maltrato animal enmascarado como fiesta nacional

Estamos en la época del año donde el debate entre cultura y maltrato animal vuelve a estar presente. He oído y leído a personas de ambas opiniones respecto a las corridas de toros, San Fermines y, en esencia, las fiestas que se realizan con estos animales.
Aquí la única verdad es que se mata y tortura a los toros por diversión, por un público sediento de sangre, el circo del pueblo. Y es que la costumbre y tradición de estas fiestas tiene como origen el Imperio Romano y los circos donde un hombre sólo dotado de una espada luchaba contra alguna "bestia". Los romanos fueron los primeros en introducir este tipo de actos aquí con los toros como esas bestias.
Esto lo que demuestra es que tras miles de años, el pueblo español no ha evolucionado lo más mínimo.

Pagamos con nuestros impuestos una matanza por la sed de sangre y morbo de algunos, porque una panda de descerebrados se ponga delante de unos animales aterrorizados, maltratados y a menudo drogados con tranquilizantes. ¿Es que acaso estamos ciegos? ¿Tan insensibles somos? Si alguien pega o abandona a su perrito doméstico, todo el mundo salta y éste ser es un individuo cruel y merece condena por maltrato animal. En cambio, si vestimos a esta persona con un traje ajustado, le damos una capa roja y cambiamos al perrito por un toro, las masas lo consideran un "arte" que al parecer debe ser subvencionado con dinero público, y las personas que mueven un dedo y se manifiestan en contra son calificados de "perroflautas" y "exagerados", porque claro, el toro no sufre.

También es interesante cómo hasta se cambian los términos: "morlaco", "bestia" y derivados para lo que en realidad se llama animal y ser vivo. ¿Por qué estos animales no están protegidos por la ley contra el maltrato animal? Ni idea, jamás llegaré a entenderlo.

Lo único que sé es que las fiestas tradicionales de España dan vergüenza, porque al parecer no somos capaces de celebrar nada que no implique hacer sufrir a un animal, especialmente a toros o vaquillas. Entre las opiniones a favor de esta barbarie he llegado a leer cosas como "Esto es lo mismo que ocurre en los mataderos y seguís comiendo carne" y derivados. No, los mataderos tienen como objetivo la alimentación y consumo (y no voy a entrar en ese tema) mientras que los San Fermines o las corridas tienen como objetivo la "cultura" y la "diversión", cosas asquerosamente egoístas si necesitamos sacarlas de un baño de sangre. Disfrutar con el sufrimiento de cualquier animal me parece detestable, y de una moral estancada en la Edad Media.
Al contrario que muchos pensarán, los toros en San Fermín no son soltados para correr por las calles y luego volver tan contentos a sus granjas. Los animales son maltratados, aterrorizados y atormentados por todo el recorrido por parte de los participantes, obligados a correr por calles resbaladizas donde caen y se rompen huesos. Pero ojo, la culpa es del toro porque se llevó por delante a un par de personas que se pusieron a correr delante de él.

Deberíamos replantearnos, y con esto me refiero a infinidad de temas, cuál es el origen y qué nos ha llevado a tener esta opinión ahora. En este caso, se trata de simple entretenimiento para el pueblo, tiznado de de adjetivos como "tradicional" y "cultural" para que lo defendamos a capa y espada usando el típico orgullo nacional. Abramos los ojos y la mente y miremos las cosas por lo que son.
No voy a poner una serie de fotos de toros muertos ni bañados en su propia sangre, sino que voy a dejar aquí esta imagen de los San Fermines de 2013, Pamplona.

 
Un toro no se derrumba en el suelo porque sí, pero que cada uno saque la conclusión que quiera.